Viaje interior con el Ermitaño

Yo siento lo que es bueno para mi y sigo el camino que me ayuda a alimentar mi interior. Me respeto, y respeto los tiempos que mi corazón me pide para visitar mi mundo interno. Escucho mis propias llamadas y las atiendo con dedicación. Recibo mis mensajes y los guardo como tesoros dentro de mi.

Aunque lo que es bueno para mi no cumpla las expectativas de otros, aunque lo que es bueno para mi no sea lo que la sociedad dicta, aunque lo que me alimenta no se enseñe en la universidad, aunque mi camino me lleve por senderos poco transitados, igual hago mi maleta.

Explico a las personas que me acompañan que me voy de viaje, que me sumerjo en mi tiempo. Les pido que respeten mi espacio y que me esperen pacientes. Al cabo de unos minutos, de unas horas o de unos días, estaré de vuelta.

Alumbro mi camino con mi luz interior y avanzo por él ayudada por mi brújula personal. Paso a paso, recojo las perlas que me encuentro, y me siento a conversar con los monstruos de mi interior. Los monstruos siempre me dan los mensajes más importantes. Disfruto de mi viaje, exploro, aprendo, descanso, me nutro.

Cuando siento que he completado este viaje, lentamente, vuelvo. Mi vida entonces, tiene otro color, respiro otra atmósfera, todo se ha renovado, dentro y fuera de mi.
Mi gente me recibe con cariño, me miran y sonríen, y yo sonrío de vuelta. Una vez más, hay una nueva luz en mis ojos, una vez más, vuelvo de viaje.

El Ermitaño del Tarot, el arcano o fuerza que te lleva de viaje interior, alumbrando siempre el camino con la luz del corazón. -Victoria Vanadis©

Imagen: el Ermitaño, por Lisa Snellings©.

Comunícate con tu oráculo interior. Parte 1.

¿Navegas por un mar de dudas y de infinitas posibilidades? ¿Te preguntas: será verdad que yo también tengo un oráculo interior?

 No sigas dudando, respóndete ya mismo. Agarra un trozo de papel y un bolígrafo, o un lápiz, o pinturas, o tu libro favorito, o el suelo de tu casa, o tu almohada... Cualquier cosa que se te ocurra. Respira profundamente unas cuantas veces, relájate, y con la mente libre de pensamientos, pregunta: Oráculo de mi fuego interior, ¿Estás ahí? Si estás ahí, dame algún mensaje útil para mi vida, por favor...

Entonces, coge tu bolígrafo, o tu lápiz, o tus pinturas, o tu libro, o ve a dormir, y escribe, dibuja, pinta, o abre el libro por donde te plazca, o baila, o permítete soñar, todo esto sin juicios mentales y sin restricciones de ningún tipo a lo que brote de tu interior.
Permite que brote cualquier palabra, imagen o el recibir cualquier frase, o movimiento o sueño que llegue, acallando al mismo tiempo esa otra voz que ya conoces tan bien, que no te hace ningún favor, y que dice: ¡Vaya, qué tontería!

Permítete expresarte libremente, sin prisa, y tras un rato, revisa lo que has escrito, dibujado, leído, danzado o soñado. El mensaje que tu fuego interior tiene para ti, está ahí, en tu papel, o libro, o danza, o sueño... Sólo, permítete recibirlo con apertura total y sin juicios. Te sorprenderá el resultado. -Victoria Vanadis©

Imagen: imagen libre de derechos de autor.

Escuchando tu voz interior

¿Cuántas veces has escuchado una pequeña vocecita interior que te decía: no confíes en esa persona, por este otro lado sería mucho mejor, o esta noche va a terminar lloviendo, y has pensado, vaya, qué tontería, para encontrarte al poco tiempo con que esa persona en apariencia tan fiable te la ha jugado, que el otro camino era en efecto el correcto, o que terminas empapado por no haberte llevado el paraguas por la tarde?

Yo, cientos de veces.
Hasta el día en que me di cuenta de que esa pequeña vocecita era la de mi oráculo interior, y que todo me iba muchísimo mejor cuando la escuchaba atentamente y hacía caso a sus sugerencias.
Aprendí que mi mente se equivocaba muchas veces, pero que mi pálpito interior no se equivoca casi nunca. -Victoria Vanadis©

Imagen: fotografía por Gregory Colbert©.

Nuevos ojos

Nuevo, todo nuevo, nuevos ojos que descubren la eterna belleza del mundo,
Nuevas acciones, y nuevos no-haceres, en entrega, en espera, en recepción sagrada de las diarias manifestaciones de lo eterno.

Nuevos espacios, abriéndose paso como olas de maremoto
destructoras de obsoletas rutinas y programados días.

Corrientes de inspiración barriendo las despiadadas estructuras del miedo.
Semillas divinas descendiendo del cielo, ascendiendo de la tierra, arraigando fuerte en mi centro y germinando en explosiones de luz.

Nuevo, todo nuevo, nuevas miradas encontrándose en el espacio del corazón, recordando vidas, sentimientos, impulsos e ideas, reencontrándose, tomándose de las manos con amor, con la certeza de saberse familia del alma.

Barcos nuevos, levando anclas y lanzándose a navegar el mar ignoto sin salvavidas, sin mapas ni astrolabios, tan solo con la brújula que anima el corazón. - ©VictoriaVanadis2013

Imagen: imagen libre de derechos de autor.

¿Qué es un oráculo? Parte 1

Un oráculo es una persona, un animal, un sistema o un lugar que ayuda a recibir pistas o respuestas.

Un oráculo se comunica a través de palabras, de enigmas, de imágenes, de sentimientos, de sensaciones o de pálpitos.
Recibir las respuestas de un oráculo es como recibir un mapa, una brújula o un GPS, que aportan claridad y dirección al viaje vital.

El oráculo ideal es el oráculo del fuego interior de cada uno.

Es muy importante aprender a descifrar el lenguaje que cada fuego interior utiliza para comunicarse, y una vez comprendido, escuchar con la mente y el corazón bien abiertos las fascinante información que nos susurra.
El viaje, entonces, se convierte en una experiencia completamente transformadora. -Victoria Vanadis©

Imagen: Imagen libre de derechos de autor.

¿Qué es un oráculo? Parte 2

Muchas veces me preguntan qué son los oráculos, qué cosas pueden considerarse como un oráculo.

Un oráculo es cualquier persona, animal, objeto, lugar, obra de arte, herramienta, sueño, imagen, juego o sincronía de la vida, que te proporciona un mensaje clave para tu vida, o para el momento que estás viviendo.

Concretando, existen lugares que son oráculos en si mismos, porque permaneciendo en ellos sientes, sabes, recibes sensaciones, pensamientos, visiones o certezas. Por ejemplo, para mí, casi cualquier lugar junto al mar es un oráculo, porque cuando estoy frente al mar, mi interior se expande, siento que mi espíritu canta y baila, y recibo muchísima información, además de una gran alegría.

Las personas oráculo pueden serlo de forma continua, porque han escogido consciente y responsablemente seguir ese camino, o bien, se puede ser un oráculo en momentos puntuales, generalmente de forma inconsciente. Cuando tú descubres que una frase que dijiste a alguien hace años, o un dibujo que le regalaste, o un acto de amor desinteresado que hiciste, ha resultado clave para esa persona, eso quiere decir que en aquel momento tú mismo fuiste un oráculo para ella.

Las herramientas oráculo son multitud, desde las imágenes impresas en las cartas del tarot, o cartas similares, pasando por la simbología de las palabras o escrituras, como las runas o el i-ching, hasta el simbolismo de los animales, las plantas o las piedras y cristales.

Y, siendo creativos, podemos convertir casi cualquier cosa en una herramienta oráculo que nos ayude a recibir o traducir los mensajes de nuestro interior.

Por ejemplo, los cuadros expuestos en esa exposición a la que llegaste por casualidad, la primera frase que lees en un libro abierto al azar, el desconocido que se te acerca y sin razón aparente te habla y te da la respuesta a un asunto al que llevas dando vueltas una semana, la repentina inspiración que llega cuando estás fregando los platos...

Todo esto y mucho más son oráculos posibles, prácticos, certeros y están al alcance de todos. Solo hemos de entrenar el estar atentos.

¿Y vosotros? ¿Tenéis vuestros propios lugares oráculos? ¿Y herramientas? ¿Se os ocurren algunas otras, diferentes, creativas? ¿Alguna vez alguien ha sido vuestro oráculo? ¿Lo habéis sido de alguien? Me encantará que me lo contéis, si os apetece compartir. Mientras tanto, seguimos navegando por las aguas del mundo interior. -Victoria Vanadis©

Imagen: Consultando el Oráculo, por Violscraper (Ros)©.