Yo siento lo que es bueno para mi y sigo el camino que me ayuda a alimentar mi interior. Me respeto, y respeto los tiempos que mi corazón me pide para visitar mi mundo interno. Escucho mis propias llamadas y las atiendo con dedicación. Recibo mis mensajes y los guardo como tesoros dentro de mi.
Aunque lo que es bueno para mi no cumpla las expectativas de otros, aunque lo que es bueno para mi no sea lo que la sociedad dicta, aunque lo que me alimenta no se enseñe en la universidad, aunque mi camino me lleve por senderos poco transitados, igual hago mi maleta.
Explico a las personas que me acompañan que me voy de viaje, que me sumerjo en mi tiempo. Les pido que respeten mi espacio y que me esperen pacientes. Al cabo de unos minutos, de unas horas o de unos días, estaré de vuelta.
Alumbro mi camino con mi luz interior y avanzo por él ayudada por mi brújula personal. Paso a paso, recojo las perlas que me encuentro, y me siento a conversar con los monstruos de mi interior. Los monstruos siempre me dan los mensajes más importantes. Disfruto de mi viaje, exploro, aprendo, descanso, me nutro.
Cuando siento que he completado este viaje, lentamente, vuelvo. Mi vida entonces, tiene otro color, respiro otra atmósfera, todo se ha renovado, dentro y fuera de mi.
Mi gente me recibe con cariño, me miran y sonríen, y yo sonrío de vuelta. Una vez más, hay una nueva luz en mis ojos, una vez más, vuelvo de viaje.
Aunque lo que es bueno para mi no cumpla las expectativas de otros, aunque lo que es bueno para mi no sea lo que la sociedad dicta, aunque lo que me alimenta no se enseñe en la universidad, aunque mi camino me lleve por senderos poco transitados, igual hago mi maleta.
Explico a las personas que me acompañan que me voy de viaje, que me sumerjo en mi tiempo. Les pido que respeten mi espacio y que me esperen pacientes. Al cabo de unos minutos, de unas horas o de unos días, estaré de vuelta.
Alumbro mi camino con mi luz interior y avanzo por él ayudada por mi brújula personal. Paso a paso, recojo las perlas que me encuentro, y me siento a conversar con los monstruos de mi interior. Los monstruos siempre me dan los mensajes más importantes. Disfruto de mi viaje, exploro, aprendo, descanso, me nutro.
Cuando siento que he completado este viaje, lentamente, vuelvo. Mi vida entonces, tiene otro color, respiro otra atmósfera, todo se ha renovado, dentro y fuera de mi.
Mi gente me recibe con cariño, me miran y sonríen, y yo sonrío de vuelta. Una vez más, hay una nueva luz en mis ojos, una vez más, vuelvo de viaje.
El Ermitaño del Tarot, el arcano o fuerza que te lleva de viaje interior, alumbrando siempre el camino con la luz del corazón. -Victoria Vanadis©
Imagen: el Ermitaño, por Lisa Snellings©.
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